Bono joven del alquiler en Andalucía: Requisitos, documentación y cuándo se puede solicitar

La Junta de Andalucía asegura que en pocos días se pondrá en marcha la primera convocatoria, que puede beneficiar a 5.666 jóvenes con hasta 250 euros

A finales de mayo, la Junta de Andalucía indicó que tras recibir del Estado el dinero correspondiente del Bono Joven del Alquiler, ha puesto ya en marcha a través de la Consejería de Fomento la tramitación de las ayudas, que estima podrán alcanzar a 5.666 jóvenes en una primera convocatoria y a otros tantos en una segunda.

De momento no está abierta ninguna convocatoria de ayudas para el alquiler por parte de Andalucía.

A pesar de que el bono joven del alquiler entró en vigor en enero de este año, aún hay comunidades autónomas que no han publicado las solicitudes para poder acceder a la ayuda de 250 euros; entre ellas Andalucía. Solo lo han puesto en marcha en la Comunidad Valenciana y Cataluña, pero se espera que este mes la mayoría de autonomías tengan lista la convocatoria.

Según han apuntado a Europa Press desde la Consejería, el proceso se ha puesto en marcha con la publicación de la consulta previa. Con los recursos disponibles –34,2 millones de euros para los años 2022-2023 y 34,2 millones de euros para los años 2023-2024–, prevé que pueda beneficiar a 5.666 jóvenes en una primera convocatoria y a otros tantos en una segunda. En total, el número de jóvenes que accedan a ellas en los años 2022-2024 puede ascender a 11.333, un número que el Gobierno andaluz ha considerado "insuficiente".

El objetivo de estas peticiones de las comunidades autónomas "era ser ágiles en la resolución, pero han sido desatendidas por el Gobierno de Pedro Sánchez", ha agregado la Consejería, que ha tachado de "lamentable que, una vez más, el gobierno de España anuncie ayudas pero deje en manos de las comunidades su gestión administrativa, sin ayuda y sin criterios claros".

– A quién va dirigida.

La concesión de ayudas, el disfrute de una vivienda o habitación en régimen de alquiler a personas jóvenes entre 18 y 35 años, con escasos medios económicos, estableciendo el tope de ingresos anuales de los perceptores, o en su caso convivientes, en tres veces el IPREM (24.318 euros).

Las ayudas consisten en una aportación de hasta 250 euros al mes por joven, para pagar el alquiler de residencia habitual cuya renta de alquiler máxima sea 600 euros al mes, pudiéndose incrementar ésta hasta los 900 euros en determinados municipios en Andalucía.

– Requisitos para solicitar el bono joven al alquiler.

Tener entre 18 y 35 años, no estar beneficiado por ninguna otra ayuda al alquiler de vivienda

Ingresos económicos anuales inferiores a 24.318 euros brutos y que la vivienda sobre la que se va a solicitar la ayuda sea la habitual. También podrá ser solicitada por las personas que compartan piso.

– Documentación a presentar para solicitar el bono joven al alquiler

Copia completa del contrato de alquiler

Referencia catastral de la vivienda

Nota simple expedida por el Registro de la Propiedad

Certificado de empadronamiento y de vida laboral

Documentación acreditativa del pago del alquiler

Impreso de domiciliación bancaria.

Ningún militante del Partido Comunista de España (PCE) será parlamentario en Andalucía

Por Alfonso Alba

Por primera vez, desde 1982, ningún militante del Partido Comunista de España (PCE) será parlamentario en Andalucía. Los resultados de la noche electoral del 19 de junio han dejado un panorama “asombroso” y “desolador” en un histórico partido político, según reflexionan para este periódico fuentes de la dirección de Izquierda Unida. De los cinco parlamentarios que ha conseguido la confluencia Por Andalucía, ninguno milita ni en el PCE ni en el PCA. De hecho, de esos cinco, en Izquierda Unida solo milita la que era la candidata a la Presidencia de la Junta de Andalucía, Inmaculada Nieto, que se presentó por Málaga y que ha conservado su escaño. Esperanza Gómez, de Más País, logró el suyo por Sevilla. Los otros tres son cargos de Podemos: Juan Antonio Delgado por Cádiz; José Manuel Gómez, por Córdoba y Alejandra Durán, en Granada.

– Malestar “máximo”.

Andalucía siempre fue un lugar especial para la izquierda, tanto para el PSOE como para el PCE y después IU y hasta para Podemos. En Andalucía surgió, de hecho, la semilla de Izquierda Unida, patrocinada por el cordobés Julio Anguita en 1986 con Convocatoria por Andalucía (que germinó después en IU-CA). Y en el Parlamento, incluso, se vivieron los momentos más tensos del enfrentamiento entre el PSOE e Izquierda Unida, que siempre cosechó buenos resultados en la región. Hasta ahora.

Por vez primera, la formación ha quedado reducida a la mínima expresión, con una sola parlamentaria que es de IU pero no del PCE, algo que ha generado una intensa marejada interna, y que tiene mucho que ver con cómo se negoció la confluencia. En el futuro grupo parlamentario de Por Andalucía, IU queda en minoría. Los tres diputados de Podemos tendrán siempre la mayoría y aunque se firmó un acuerdo, en IU ya se muestran recelosos y cautelosos. “Esperamos acontecimientos”, es la respuesta más repetida. Pero el malestar con los resultados es máximo.

– Una historia con presencia (siempre) del PC.

En 1982, el PCE logró ocho parlamentarios en Andalucía. En 1986, ya integrados en Convocatoria por Andalucía, la izquierda del PSOE se fue a 19 parlamentarios, un resultado histórico que no se superó hasta la IU-CA de Luis Carlos Rejón en 1994, que consiguió 20 escaños y dejó a los socialistas sin mayoría absoluta. En 1996, IU retrocedió a los 13 parlamentarios, para entrar en una especie de invierno político entre 2000 y 2008. En esos años, IU repitió seis diputados, lo que se consideraba su suelo.

IU resucitó en 2012, la convocatoria en la que el PP casi logra su primera mayoría absoluta en Andalucía con Javier Arenas. Entonces, logró 12 parlamentarios y por primera vez Izquierda Unida (y el PCE) entraron a formar parte de un Gobierno de la Junta de Andalucía. El pacto entre el PSOE e Izquierda Unida saltó por los aires en 2015. La explicación de la expresidenta Susana Díaz fue su enfrentamiento con la consejera cordobesa Elena Cortés, del PCE precisamente, que entonces llevaba las políticas de Fomento y Vivienda, y que defendía una solución para los ocupantes de la Corrala Utopía en Sevilla.

Díaz adelantó aquellas elecciones y en 2015 Izquierda Unida cosechó su peor resultado hasta la fecha. Eso sí, la importante irrupción de Podemos fue decisiva porque en sus primeras elecciones se fue a 15 parlamentarios. Muchos fueron los que sumaron los cinco de IU y soñaron con el techo de los 20 que se alcanzó en 1994 con Luis Carlos Rejón. Por eso, en 2018 Podemos e Izquierda Unida se integraron en la confluencia Adelante Andalucía, que logró 17 escaños. En política, uno más uno, no siempre son dos, entendieron muchos. Poco después, la confluencia saltó por los aires. Teresa Rodríguez junto a 10 parlamentarios más acabaron en el grupo de no adscritos acusados de tránsfugas. El resto se mantuvo en el grupo parlamentario de Adelante Andalucía e iniciaron una lucha por el uso del nombre que finalmente ganó la política gaditana.

– ¿Camino de la irrelevancia del PC?

Este 19 de junio de 2022, Por Andalucía ha igualado el peor resultado parlamentario de Izquierda Unida en 2015, pero con una gran diferencia: solo Inmaculada Nieto es parlamentaria de IU. Y además, algo que es tremendamente simbólico para esta coalición, no milita ni en el PCE ni en el PCA.

En el seno de IU ha empezado un importante periodo de reflexión interna. La formación mira lo que ha ocurrido en otros lugares de Europa y se asoman en estos momentos a los precipicios italianos o franceses, donde los comunistas son una minoría testimonial e irrelevante. Y eso es algo que el PCE, que por primera vez desde después de la Guerra Civil tiene a ministros en todo un Gobierno de España, teme por encima de todas las cosas.

«El mejor liderazgo que ha tenido la izquierda en Andalucía es Teresa Rodríguez»

Por Javier Portillo

La izquierda en el diván. Ramón Espinar, (Madrid, 1986), habla con la libertad de quien solo rinde cuentas ante sí mismo. El politólogo, ex secretario de organización de Podemos en la Comunidad de Madrid, se enciende cuando habla de política, como casi cualquier español. Un café sirve de pretexto para que Espinar se ponga la bata y diseccione los males que aquejan al primer Gobierno de coalición de izquierdas en ocho décadas. No es nada optimista, porque "el mundo se va la mierda". Y no ve a los suyos, ese espacio borroso y confuso, con argumentos para ganar el nuevo tiempo. Lo peor, advierte, es que el nuevo ciclo lo capitalice la derecha.

El Espinar de hoy no es el de ayer. Por eso, a su yo de hace ocho años le diría que "fuera más capaz de construir acuerdos, menos sectario y no menos leal, pero sí más independiente y más autónomo". Sus dos hijos le han dado ese sentido de trascendencia que atraviesa a todo hombre cuando entiende que una criatura indefensa le juzgará por el mundo que le deje. ¿Y qué le contará Ramón Espinar a sus hijos sobre lo que fue Podemos? "Que lo intentamos y que no nos salió. Hicimos lo que pudimos y fuimos peores de lo que creíamos que íbamos a ser. Pero que ellos también lo tienen que intentar".

– ¿Qué le ha pasado a la izquierda en Andalucía?

– Hay dos dimensiones. Una es andaluza y tiene que ver con 40 años de gobiernos del PSOE y la crisis de ese modelo. El PP gana y, con inteligencia y habilidad, Moreno no desmonta el modelo del PSOE y utiliza la estructura clientelar de la Junta para decir: ‘la rueda sigue girando pero ahora estoy yo’. La izquierda del PSOE, porque desgraciadamente ya estamos ahí, se ha pegado una legislatura de espectáculos y bochornos uno tras otro con el único objetivo de destruir el mejor liderazgo que ha tenido la izquierda en Andalucía, que es Teresa Rodríguez. Todo eso ha terminado como tenía que terminar. En un descalabro.

– ¿Y la otra?

– La otra es una dimensión de país. Nosotros surgimos como fenómeno de masas al calor del 15M y todo lo que representó. Han pasado diez años y nadie tiene la sensación de que le haya ido mejor después de nuestra irrupción. Y estamos gobernando con el PSOE. Hemos violado la hipótesis política de Podemos, que era la irrupción popular para refundar España, no para refundar la izquierda. Podemos se ha convertido en un agente refundador de la izquierda. Eso te coloca en un resultado electoral que es el que ha tenido la izquierda a la izquierda del PSOE siempre. Además subordinado al PSOE.

– Podemos quiso ‘sorpassar’ al PSOE…

– Claro, pero así te garantizas no tener nunca ninguna opción de ser más grande que el PSOE, que es lo que nosotros queríamos. Ahora todo el mundo habla como si esto nunca hubiera pasado. Pero nosotros le queríamos ganar al PSOE. Queríamos ganar las elecciones en este país. No queríamos que nos dieran ministerios. Y en este contexto global de crisis, en el que creo que todo el mundo percibe que el mundo se va a la mierda, la izquierda española le dice a la gente que están muy bien las medidas que está tomando el Gobierno. Y yo creo que están muy bien. El trabajo de Yolanda en Trabajo es fabuloso. Me he peleado con Montero pero está haciendo buen trabajo como ministra de Igualdad, otra cosa es el partido. Pero no le puedes ofrecer a la ciudadanía eso como la solución a todos sus males. No puede ser que la gente viva una situación cotidiana de sufrimiento social y tú le estés contando que va todo bien. Tienes que decir que gobiernas y que das un paso en esta dirección de transformación. La izquierda tiene que generar utopías. Esta izquierda no aspira a dirigir la sociedad, aspira a gestionarla. Y con eso no se va a ningún lado.

– ¿Quién debe liderar todo eso?

– Esto es otro error. Los liderazgos son la guinda del pastel. El liderazgo de Pablo Iglesias en el primer ciclo de Podemos no se explica porque él organizó el ciclo, sino porque se parecía al ciclo. Esto es lo mismo. El problema es que hay que articular vehículos de conversación social, de democracia, y encuanto la ciudadanía tiene voz, surgen alternativas. El 15M, que no es otra cosa que una gran conversación social, rompió el silencio. Lo contrario es ser un partido a la izquierda del PSOE y tener un nicho electoral que va a permitir que haya un grupo de dirigentes que vivan de la política y poco más. Y esta reflexión que hago desde el espacio político que represento, debería hacerse también en el PSOE. Que el PSOE sea la fuerza mayoritaria en España es una contingencia que tiene que ver con nuestros errores y con los aciertos de Pedro Sánchez. Creo que en este momento el PSOE está muy perdido.

– ¿Tiene instrumentos la izquierda?

– Tiene todos porque tiene el gobierno, que es lo que es para pegarse un tiro. El gobierno es una herramienta potente de transformación. Pero si lo que haces ante una crisis energética es bajar el IVA para que las eléctricas ganen más dinero, que ojo, nos lo van a repercutir en la factura en cuatro días como han hecho con la gasolina… y dices que eso es todo lo que tienes que ofrecer ante la crisis… pues es normal que no te voten. Para contarle a la gente que la solución es no pagar impuestos, está el PP, que además está mejor que hace dos años.

– ¿Se puede volver a repetir un momento 15M?

– No. Pero se puede volver a vivir un momento en el que la conversación social se abra. El 15M sucede en crisis grave pero tiene antecedentes: desde el nunca mais, pasando por las protestas del 11M y del no a la guerra… Hubo situaciones que declinaron por qué sucedió el 15M. Todo eso generó el caldo de cultivo. La cosa es: ¿cuál sería ahora el caldo de cultivo de un cambio político? ¿Sería progresista? Porque venimos de un inmenso fracaso de las alternativas progresistas en España Es posible hacer una lectura progresista del momento político, pero es difícil ponerla en circulación cuando hay un gobierno progresista que está diciendo que está todo bien y que ellos gestionan muy bien.

– ¿Fue un error la entrada de Unidas Podemos en el Gobierno?

– No sé en qué contexto. Lo que creo que está mal gestionado son las razones por las que entramos en el Gobierno, que tenían más que ver con que una dirección política que había perdido la mitad de los votos y de los escaños tenía que vender un triunfo para no irse a su casa y, por tanto, el Gobierno fue su salvación. No fue una apuesta estratégica, fue una apuesta personal.

– ¿Habla de Pablo Iglesias?

– Y de su dirección, que sigue en el Gobierno. No tomaba las decisiones solo. Esa dirección decidió que el Gobierno después del descalabro era la forma de salvar los muebles. Y entraron en el gobierno por esa razón, porque no hubo ningún argumento político de fondo para entrar. Y tres años después el problema actual es que mi espacio no ha sido capaz de explicar y orientar el gobierno como una palanca para una transformación, sino que lo ha convertido en un fin en sí mismo. Ya el hecho de que no se quién sea ministro nos tiene que poner muy contentos. Pondrá muy contento a quien lo sea pero al conjunto de la ciudadanía le importa muy poco.

Pasa parecido con el discurso de la unidad de la izquierda. Al día siguiente del batacazo en Andalucía todos los que ya están desunidos, hablaron de la unidad. La unidad está bien. Está mejor unir que desunir… sumar que restar… Barrio Sésamo lo vimos todos, pero la clave es para qué. Desde 2015 hasta hoy ha cambiado todo. La hipótesis de entonces está agotada. ¿Cuál es la de ahora? Una ley no.

– ¿Qué quiere escuchar Yolanda Díaz?

– Tengo mucha simpatía por Yolanda. Es una persona con buenas intenciones y buenos modos de hacer política y que, sin explicitarlo, está dejando claro que quiere corregir algunos de los errores del ciclo anterior.

– ¿Cuáles?

– El tono, las formas, la arrogancia, la agresividad injustificada… Eso está bien, pero no termino de entender bien cuáles son los agarres y los objetivos de su proyecto político. No termino de verlos. Deseo que le vaya bien. Creo que es la persona indicada para liderar. Pero creo que le están haciendo la vida imposible.

– ¿Quién?

– Obviamente, Podemos. Lo que queda de Podemos. La dirección de lo que ha quedado es evidente que está poniendo todas las piedras en el camino que puede.

– ¿Dará Yolanda Díaz la patada a Podemos?

– No, bastantes patadas se han dado ya. No es el estilo de Yolanda.

– ¿Por qué?

– Supongo que porque no están conformes con no dirigir el proceso. Pero el problema no es quién dirige. Es hacia dónde. Y eso es lo que me falta. Porque si el único activo político que va a presentar Yolanda es su gestión… Su gestión está muy bien. Y la coloca en una buena posición. Pero hace falta el proyecto y no sé cuáles son sus agarres. Y luego tiene un problema de legitimidad democrática. Necesita una instancia para legitimarse. Necesita que la elija su gente.

– ¿Por qué fue elegida a dedo?

– Fue señalada por Pablo Iglesias. Bueno, fue un relevo natural. Creo que porque a Pablo Iglesias le gusta sobreactuar el hecho de que la ha puesto a ella para luego decir que no le hace caso. Estas cosas de la concepción de la política como un teatro permanente en el que todo es sobreactuación para no perder protagonismo nunca. Hay que saber irse.

– ¿Estaba preparado Iglesias para ser vicepresidente?

– Yo creí, en un momento dado, que estaba preparado para ser presidente de este país y dirigir una transformación. Pero no fue capaz de entender que todo eso no lo podía hacer solo, que tenía que compartir la dirección con otros. Y que los conflictos no se pueden resolver ganando o rompiendo. Hay otras formas. Creo que eso Yolanda lo está tratando de corregir.

– ¿Está la izquierda preparada para unirse?

– No es el problema. ¿Qué significa ahora la unidad de la izquierda, que los grupos dirigentes de los partidos que quedan se entiendan entre ellos? No le importa a nadie. ¿Qué hacemos con la OTAN?; ¿Qué hacemos con el cambio climático?; ¿Qué hacemos con la energía?; ¿Qué hacemos con un proyecto de país para España que genere una irrupción popular? No van a parar hasta que el país no tenga un 40% de exclusión social. El modelo es Estados Unidos.

– ¿Qué problema tiene la izquierda con la OTAN?

– No sé. Sé cuál tienen España y la UE con la situación actual de guerra en Ucrania. Merkel lleva años construyendo una relación sólida entre Rusia y la UE. Y era una apuesta estratégica de autonomía de la UE en un contexto en el que China y EEUU son las grandes potencias. Tenía dos opciones: subordinarse o afirmar su autonomía. La UE no tiene la culpa de que Putin haya invadido Ucrania. De eso solo tiene la culpa Putin. Pero la UE debería estar pensando en la paz. La política de la UE tiene que tener puño fuerte con Putin y mano tendida a Rusia para que Europa no vuelva a ser el felpudo geopolítico de los Estados Unidos. ¿Creemos que la forma de pacificar Ucrania va a ser esta? Esta guerra no se va a acabar nunca.

– ¿Qué hubiera hecho Ramón Espinar si hubiera sido ministro de Defensa, hubiera mandado armas a Ucrania?

– [Silencio] Uf. Hubiera defendido una posición común de la UE, sea la que sea para empezar. Y hubiera planteado que lo que la UE está haciendo a día de hoy es cínico. Porque enviamos armas a un conflicto del que no podemos participar para que sean ellos los que peleen por nosotros. Diciéndoles: tira tú que ya si eso voy yo después. Esa es una posición cínica. Pero es verdad que los ucranianos tienen derecho a defenderse de una agresión que está produciendo crímenes de guerra.

– ¿Se romperá la coalición?

– El Gobierno tiene la firme determinación de agotar la legislatura. Y creo que falta saber cuál va a ser la orientación de la política del Gobierno. Si se atreve a acometer transformaciones o a gestionar lo que hay. Si hace esto último le va a pasar lo mismo que al último Gobierno que gestionó lo que había, que fue el de Zapatero.

El Partido Comunista de Andalucía (PCA) quiere ‘matar’ a Izquierda Unida

Por Javier Portillo

El Partido Comunista de Andalucía (PCA), centro de gravedad de los comunistas españoles, quiere ‘matar’ a Izquierda Unida. El PCA no logró este domingo ni un solo diputado en el parlamento andaluz por primera vez desde 1982. De los cinco diputados que cosechó la coalición Por Andalucía, tres fueron independientes de Podemos, uno fue de Más País (Esperanza Gómez) y el último fue la candidata, Inmaculada Nieto, de Izquierda Unida. El cabreo entre los comunistas andaluces es monumental, porque fueron los de Toni Valero quienes organizaron la campaña y articularon el frente amplio.

Según ha sabido Vozpópuli de fuentes de Por Andalucía, los cuchillos entre el PCA e Izquierda Unida están volando con fuerza. Y Twitter está siendo, de hecho, el campo de batalla en el que los militantes comunistas lamentan no haber logrado ni un solo representante. Es más, las fuentes consultadas resaltan que las iras están dirigidas hacia Ernesto Alba, secretario general del PCA, y Valero, coordinador general de IU en Andaluía.

La situación está tensa, porque, según señalan a este diario varias fuentes del espacio, Izquierda Unida ha conseguido enemistarse no solo con Podemos por cómo se formó la coalición, sino ahora también con el PCA. "La arrogancia de Izquierda Unida está contestada [en las urnas]", zanjan tras el resultado electoral de la coalición que, según reconocen, ha incendiado a Unidas Podemos y puesto nerviosos a los dirigentes de UP.

Eso sí, los morados ponen el foco en que "el problema no es Podemos", en referencia a que ellos han conseguido llevar a tres de sus diputados a la Cámara de Andalucía. Por eso, en el fondo hay cierta satisfacción por ver cómo ha salido la campaña efectuada por Izquierda Unida. En los morados todavía escuece la entente que formaron los de Valero y Más País para apartarles y forzar su renuncia a participar en el frente.

"No se puede hacer un análisis sin reconocer el desastre encajado. El problema, que ya es de dimensiones catastróficas, se agrandará si todo continúa sin que ocurra nada.Por cierto, la primera vez desde 1982 sin diputados y diputadas del @pcandalucia
La militancia,nuestro capital"
— J. Dios Villanueva #SaharaLibre (@juandepca) June 19, 2022

Cabe recordar que los puentes entre Podemos e Izquierda Unida están rotos. El último navajazo de la guerra lo ejecutó la ministra de Igualdad y número dos morada, Irene Montero, que desoyó la petición de los de Alberto Garzón de cesar a su jefa de gabinete, Amanda Meyer -destacada dirigente de IU en Andalucía- tras las elecciones autonómicas del 19-J. Y es que la salida de Meyer fue consecuencia de la "traición" que sintieron los morados en la formación de Por Andalucía.

El resultado del primer frente amplio, según cuentan fuentes de la coalición, obligará a Yolanda Díaz a romper casi definitivamente con los partidos. No con su capital humano, pero sí con las siglas. Y todo porque la ‘dama roja’ constató el domingo que todo ese mar de relaciones personales enquistadas no va a permitir que su barco electoral, bautizado como ‘Sumar’, zarpe y llegue a buen puerto.

La lideresa morada en Moncloa no puede empezar peor su "proceso de escucha", que arrancará en 18 días. El primer frente amplio que se ha sometido al test de las urnas consiguió solo cinco escaños -ocho por debajo de su objetivo- en unas elecciones autonómicas que tiñeron Andalucía de azul. Y todo pese a la implicación directa de la vicepresidenta segunda. La amalgama de seis partidos a la izquierda del PSOE logró el 7,68% de las papeletas.

– Díaz, tocada.

Yolanda Díaz se esforzó en marcar distancias de la conformación del frente amplio andaluz, que nació envuelto en polémica, sin Podemos formalmente en la coalición y con Izquierda Unida y los morados a navajazo limpio por el candidato, la marca y por cómo ha fluido la campaña. Díaz dijo entonces que lo que había ocurrido al Sur de Despeñaperros no tenía nada que ver con sus planes. Pero ella misma se ha atado a estos comicios, en cuya campaña avanzó que estaba dispuesta a dar un paso "por España". Será difícil que el próximo 8 de julio, cuando arranque su "proceso de escucha", se haya apagado el ruido del batacazo andaluz.

Es bastante probable que la lideresa morada tome medidas contra los de Toni Valero por una campaña en Andalucía floja con una candidata (Inmaculada Nieto) que, según reconocen varios dirigentes morados, no ha funcionado. La propia vicepresidenta segunda reconoció que la de este domingo fue "una noche difícil para las personas progresistas". Se metió prisa para empezar escuchar: "La ciudadanía nos está esperando". El problema, según comentan algunos dirigentes de Podemos en privado, es que se ha podido quemar de tanto esperar.